Nuevo estudio descubre que los humedales en el Mississippi reducen hasta un 62% la contaminación por nitrógeno y ahorran millones en tratamiento de agua
Estos ecosistemas funcionan como depuradoras naturales que eliminan sustancias contaminantes del agua, con especial eficacia en la eliminación de nitrógeno. Su proceso transforma el nitrógeno en gas N₂, disminuyendo significativamente sus efectos negativos sobre el medio ambiente.
Más que Paisajes Acuáticos
Al pensar en humedales, normalmente imaginamos terrenos inundados, aves acuáticas y sonidos de ranas al caer la tarde. Sin embargo, más allá de su belleza escénica, estos ecosistemas realizan una función esencial que frecuentemente no se valora lo suficiente: limpian el agua de forma natural y sin coste adicional.
Lo que muchos desconocen es que, además de ser hogar de diversidad biológica y actuar como barrera contra inundaciones, los humedales están contribuyendo a solucionar uno de los mayores desafíos ambientales de nuestra era: la polución del agua causada por fertilizantes utilizados en agricultura.
El Caso del Valle del Misisipi
Esta región, considerada el centro agrícola de Estados Unidos, se ha convertido en un ejemplo natural de lo que sucede cuando la agricultura intensiva interactúa con sistemas fluviales y precipitaciones.
Con cada lluvia, enormes cantidades de nitrógeno y fósforo provenientes de fertilizantes artificiales se incorporan a arroyos, lagos y aguas subterráneas. Las consecuencias incluyen: eutrofización, crecimiento descontrolado de algas dañinas, mortandad de especies acuáticas y posibles efectos sobre la salud pública.
Un Problema Global
Esta situación no es exclusiva de Norteamérica. En Europa, zonas como la cuenca del Ebro o el Mar Menor han experimentado problemas similares. En América Latina, la expansión de cultivos intensivos como soja y maíz ha generado impactos comparables en cuencas como la del Paraná.
Resultados de la Restauración
Frente a este panorama, una investigación reciente confirma que los humedales rehabilitados en el Misisipi no solo son efectivos, sino que su eficiencia aumenta cuando el agua presenta mayores niveles de contaminación.
El grupo de investigación examinó datos recopilados durante extensos períodos y descubrió que, después de solo tres años de restauración, estos humedales consiguieron:
- Reducir en un 62% las concentraciones de amoníaco
- Disminuir en un 37% el nitrógeno total Kjeldahl
Estos porcentajes adquieren mayor relevancia si consideramos que solo se intervino en el 0,22% del territorio.
Mecanismo de Purificación
El aspecto más destacable es que los humedales no retienen el nitrógeno almacenándolo, sino que lo convierten en gas nitrógeno (N₂), que se dispersa de manera inocua en la atmósfera, completando el ciclo natural sin producir desechos.
Beneficios Económicos
El aspecto financiero representa otro elemento fundamental. Las plantas de tratamiento de aguas invierten sumas millonarias anualmente en eliminar nitrógeno para hacer el agua potable. Si parte de esta labor la realizan los humedales, el ahorro económico resulta inmediato y cuantificable.
Según el estudio, restaurar solamente 40 hectáreas en una cuenca pequeña puede representar un ahorro de hasta 17.000 euros anuales en tratamiento de agua. A nivel regional, esta cifra se traduce en 200 millones de euros al año.
Este es un ejemplo evidente de lo que se denomina infraestructura verde: soluciones basadas en procesos naturales que proporcionan servicios equivalentes a instalaciones técnicas, pero con menor costo, menor mantenimiento y beneficios ambientales adicionales.
Amenazas Actuales
No obstante, todo este potencial se encuentra en situación de riesgo. Una decisión reciente del Tribunal Supremo de Estados Unidos restringe la protección legal únicamente a humedales conectados con vías navegables. En estados como Illinois, hasta el 72% de los humedales quedarían excluidos de esta protección.
Esto permite que puedan ser urbanizados, drenados o transformados en tierras de cultivo, con la consiguiente pérdida de su capacidad purificadora. Irónicamente, muchos de estos humedales aislados son los que están demostrando mayor eficacia en la reducción de nitrógeno.
Hacia Nuevos Enfoques Legales
Ante este vacío legal, los investigadores sugieren reconsiderar la legislación ambiental para incorporar criterios de funcionalidad ecológica, no solamente la localización geográfica. La evidencia científica respalda esta propuesta: un humedal no necesita estar adyacente a un río para ser ecológicamente valioso.
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